Media: El necesario cambio de mentalidad del trabajador español
En la actualidad una oferta de  trabajo, sea del sector que sea, es uno de los tesoros más valorados  entre los españoles. Y es que ya son 4.066.202 millones de personas de  esta nacionalidad en situación de desempleo, a pesar de que los datos  difundidos por el Ministerio de Trabajo e Inmigración mostraran un  descenso en el número de parados por segundo mes consecutivo, tras ocho  meses de incrementos. Aún así, cerca de un 20% de la población activa se  encuentra en el paro, la mayor tasa de toda la zona euro.
La falta de ofertas de empleo  en los últimos tiempos ha llevado a muchos ejecutivos, directivos medios  y empresarios, a aceptar otras tareas distintas a las acostumbradas  colocándoles en sectores claves de la economía española como la  construcción, los servicios y la industria. No obstante, y pese a la  situación económica que atraviesan muchos profesionales, un estudio  realizado por CVexplorer.com basado en la relación entre los candidatos y  los headhunters y el mercado laboral, muestra que el 81% de los  españoles, ha rechazado alguna oferta de trabajo en los últimos tres  años. ¿Qué lleva a los trabajadores a rechazar en la actual coyuntura  laboral y económica un puesto de trabajo? ¿Se adecúan las ofertas  laborales a los perfiles profesionales? ¿Cuáles son los consejos que  aportan los expertos para no bajarse del tren del desarrollo  profesional?
Cristina Simón, decana de  Psicología de IE University, dice que, en general, una situación como la  que vivimos actualmente no genera perspectivas de desarrollo personal  ni de crecimiento en el medio plazo. “Percibir que el mercado laboral  prácticamente no ofrece opciones de cambio hace que los trabajadores se  vuelvan conservadores, e intenten mantenerse en su puesto y ‘tirar’ sin  perder prestaciones hasta que mejoren las condiciones”, añade. “En  muchos casos los empleados intuyen que las empresas en estas ocasiones  ralentizan determinadas acciones de desarrollo, formación y/o  compensación, empujadas por la necesidad de reducir costes y bajo el  supuesto de que no se enfrentarán a un problema de retención en los  próximos meses/años”. Esta creencia, muchas veces cierta, dice, “genera  un desaliento general en el clima de la empresa que puede ir en contra  del compromiso afectivo de los trabajadores”.
Éste es el escenario para  aquellos que cuentan con un puesto de trabajo, pero hay otros que no son  tan afortunados. Cristina Villa, directora de CVExplorer.com explica  que “algunos trabajadores en paro están más dispuestos a aceptar otras  opciones aunque éstas se alejen de su trabajo ideal. Perfiles  determinados de sectores concretos [como jóvenes, mujeres y personas de  avanzada edad] están acusando muchísimo la crisis y no tienen salida  fácil, por lo que es necesario para ellos aceptar otras opciones”. 
Éste es el caso de Marta  González. Esta administrativa de una gran empresa, de 42 años de edad,  lleva cuatro meses en paro y la razón que la llevó a ser despedida fue  que “la compañía necesitaba hacer recortes”, explica, aunque ella no se  lo termina de creer. “La búsqueda de empleo va muy lenta y algunos  empresarios están aprovechando de la coyuntura actual para reducir  plantillas y echar a la gente a la calle”. Mario García, cocinero de 24  años, lleva más de un año en el paro. “Tengo muy pocas expectativas de  encontrar trabajo. Está muy difícil para los jóvenes y las condiciones  que nos ofrecen son pésimas”. Antonio Carretero, autónomo 58 años es más  tajante que ninguno: “No hay ninguna expectativa, ni para mí ni para  nadie”. Estados de ánimo, los de estas tres caras de la crisis que se  extienden en el sentir de los más de cuatro millones de parados. 
Para salir de esta situación,  Ángel San Segundo, director Alumni EOI Escuela de Organización  Industrial, recomienda a los trabajadores “apoyarse en la tracción  delantera en vez de en la trasera”. En su opinión, los trabajadores  deben ejercitar este símil automovilístico y “buscar salidas laborales  alineadas con la formación de la que disponen. Identificar qué pueden  aportar y hacerlas valer”. 
Pero quizá la clave está en la  flexibilidad. “Hay que eliminar las barreras a la hora de buscar un  empleo. El trabajador debe ser flexible y sacar partido a los  conocimientos que tiene. Hay que analizar las habilidades, formación y  valores que puede dar a la empresa y desde ahí embarcarse en la búsqueda  de empleo activa”, explica el profesor San Segundo quien aporta una  salida a corto plazo para los desempleados. “Es muy buena época para  invertir en uno mismo. Son tiempos para el autoempleo, para el autónomo y  para aquellos trabajadores que no necesitan necesariamente de un grupo.  Aunque el empleo del autónomo es frágil, puede cubrir a corto plazo las  necesidades de formación y económicas que necesitamos”. 
Versátiles ante la  situación económica y laboral
Por su parte, la presidenta en  España de la empresa de trabajo temporal Manpower, Carme Mur aclaró en  el Desayuno de prensa del Centro de Estudios Jordi Pujol recientemente,  que los españoles deben ser versátiles y prepararse y formarse para  poder realizar cualquier trabajo, ante la dificultad que supondrá  absorber todos los parados. En su opinión, el trabajador debe cambiar de  mentalidad y “dejar de pensar que se dedicará a un mismo trabajo toda  la vida”. Y es que Mur opina que la “verdadera crisis social” llegará  cuando la economía se recupere y, sin embargo, los trabajadores que se  han quedado sin empleo no puedan reincorporarse. 
En su opinión, “el peor  trabajo es el que no se tiene”, por lo que a veces es preferible “bajar  un escalón”. Según explicó, para que sea posible la “reabsorción” en el  mercado laboral los españoles deben cambiar de mentalidad: “El  trabajador tiene que dejar de pensar que se dedicará a un mismo trabajo  toda la vida y en un mismo lugar”, afirmó. 
La profesora de IE University  apunta las claves para no quedarse atrás y poder ser competitivos.  “Mantenerse activo, aprendiendo y buscando oportunidades, es fundamental  para afrontar una situación como la actual. Es preciso entender cuáles  son las oportunidades reales de trabajo en función del mercado y de las  propias capacidades, y estar preparado para un reciclaje, un cambio  radical en la actividad”. 
Sandra González tiene 38 años y  llevaba más de 20 trabajando en el mundo de la hostelería. Desde hace  siete meses está en el paro. “No tengo confianza en que la cosa vaya a  mejorar a corto plazo. En el mundo de la hostelería la cosa está cada  vez peor y ya somos muchos los que estamos en el paro. Además, hoy día  el empresario contrata a jóvenes o extranjeros con un sueldo bajo para  hacer la temporada y luego reducen al mínimo los trabajadores”, explica  González quien es un buen ejemplo de reciclaje en época de vacas flacas.  “Desde hace cinco meses decidí que no podía estar pendiente de un  teléfono que rara vez sonaba. Me he apuntado a clases de gestión de  empresa, asisto a seminarios empresariales, de formación e intento  mantener mi tiempo ocupado, eso sí, sin gastar mucho que la cosa no está  para derrochar”. 
Sandra González tiene el  perfil, según los expertos consultados, de una profesional que es muy  probable que se reenganche al mundo laboral en cuando la situación  mejore. “Tenemos que distinguir de todas formas entre profesionales  cualificados y no cualificados”, dice Simón. “A los primeros puede  penalizarlos contar en su CV con un hueco ‘en blanco’, por lo cual la  participación en proyectos puntuales o actividades eventuales ayuda a  dotar de contenido al historial profesional”, recomienda.
Contacto con el mundo  laboral
No obstante, aunque el mercado  laboral se mueva poco, algo sí se mueve. Según el estudio anteriormente  citado de CVExplorer, ocho de cada diez trabajadores han rechazado en  los últimos años alguna oferta laboral. Cristina Villa señala que  “normalmente son personas que tienen buena reputación y están bien  considerados en sus puestos de trabajo. El propio mercado proporciona  buenas referencias de estos profesionales y otras empresas tratan de  tentarlos pero a ellos no les interesa perder la buena posición que  tienen en sus trabajos actuales ya que conciben que un cambio siempre  conlleve algunos riesgos”.
Si bien esto es cierto, la  decana de Psicología apunta que “es importante mantenerse cerca de los  colegas que están en activo, analizando cuáles son las capacidades que  se están exigiendo ahora mismo por parte de las empresas. Responder a  las ofertas de empleo y asistir a cuantas pruebas y entrevistas surjan,  para tantear el propio valor de mercado en el momento actual”. 
Las implicaciones a corto o a  largo plazo que pueden suponer para el trabajador rechazar una oferta  laboral son muy variadas. “Habría que analizar los motivos individuales  de cada trabajador de no aceptar una oferta laboral; puede ser que sea  económico, que se elija otra empresa, etc. Hay una amplia serie de  implicaciones cuando se toma una decisión”, explica Eduardo Quero,  coordinador nacional de Randstad Search & Selection quien es de la  opinión que “rechazar un proyecto, y no un trabajo, es una cuestión que  sí puede condicionar la carrera laboral”.
Quero matiza que “el candidato  deberá tener en cuenta que tendrá que justificar siempre su decisión en  un futuro durante la entrevista de selección de otro empleo. En  general, las empresas valoran positivamente que el candidato sea activo:  ya sea trabajando en algo que no está directamente vinculado con su  perfil o aprovechando el momento de desempleo para mejorar su CV”.
Pero, ¿qué repercusiones  psicológicas tiene para el trabajador aceptar un puesto laboral por  debajo de sus posibilidades?
El estado de ánimo
La directora de CVexplorer.com  explica que “el estado de ánimo de las personas que buscan empleo tiene  ciclos: hay periodos en los que el candidato se siente animado y con  fuerzas para enfrentarse a la tarea de “buscar trabajo” y otras en las  que siente que sus esfuerzos no tienen recompensa y la frustración puede  llegar a ser un gran problema”. Por su parte, Quero añade que es  importante ser metódico cuando se busca un nuevo trabajo, abordar todos  los frentes posibles y no desesperar. “En el momento menos pensado puede  aparecer una buena oportunidad”, anima.
Cristina Simón es más tajante  con el tema. “Las consecuencias pueden ser devastadoras, y en muchos  casos es muy recomendable que la persona busque ayuda profesional. La  sensación de indefensión frente a un sistema que excluye al trabajador  tras un período de desempleo puede generar una espiral de estados  depresivos altamente disfuncionales”. 
“Los países anglosajones”,  continúa la decana en Psicología, “tienen profesionalizada la figura del  asesor de carrera, que por una parte conoce bien las opciones del  mercado para diferentes colectivos, y por otra comprende la situación en  que se encuentran estas personas, y por tanto es capaz de orientar de  una forma muy práctica sobre las alternativas de ‘reinventarse’ para  abordar nuevos proyectos con motivación”.
Reforma laboral
Después de casi tres años de  crisis económica, el 16 de junio el Gobierno dará a conocer la reforma  definitiva que propone el Gobierno, que será aprobada por decreto,  después de que los agentes sociales no llegaran a un acuerdo, y cuyo  objetivo es fomentar la creación de empleo. El contrato a tiempo parcial  o el abaratamiento del despido para acercarlo a la media europea, entre  otros, son los puntos que tuvieron paralizado el texto. Un texto que al  ser aprobado finalmente por el Gobierno tendrá fuertes repercusiones  dada la actual coyuntura económica del país. De momento, los sindicatos  ya han anunciado que convocará una huelga general el 29 de septiembre.
Los expertos muestran su  preocupación por la negociación, por ejemplo, de los despidos más  económicos que “si bien no está claro que esta medida fuera a estar  acompañado de salidas masivas de empleados de las empresas (sobre todo  ya pasado 2009, cuando se han producido numerosos EREs y ya superamos el  20% de paro), lo que sí podría ocasionar en caso de adoptarse es un  descenso aún mayor de la moral de los trabajadores, lo que solamente  empeoraría la situación”, apunta Cristina Simón.
El abaratamiento del despido  podría entenderse en el marco de un conjunto integrado de soluciones que  cambien el modelo de mercado laboral que tenemos en España. “El uso de  la media europea como baremo de comparación no es válido si nos  limitamos a utilizar este indicador. Es preciso vincular esta medida (en  caso de ser adoptada) a otras encaminadas a incentivar el empleo y,  sobre todo, a orientarlo a los sectores de actividad que sean más  competitivos en el mundo actual que vivimos”.
Por su parte, Ángel San  Segundo opina que la reforma laboral tiene contrapartidas positivas como  que “busca flexibilizar la contratación y por tanto las barreras de  contratación serán más bajas tanto para trabajadores como para  empresarios”. Y es que una reforma laboral fuerte que haga más  competitivo el mercado de trabajo implica un cambio estructural en otras  áreas como el educativo, el formativo y sobre todo el legislativo que  debe abordarse con una visión a largo plazo.
¿Y si los consejos fallan o el  mercado laboral español se estabiliza más tarde de lo que las  previsiones marcan? “Siempre queda volver a los años 60 y buscar trabajo  fuera”, apunta el Director Alumni EOI Escuela de Organización  Industrial. “Perfiles de trabajadores entre los 25 y 35 años con buena  formación y una carrera lo tendrán más fácil en países donde la  probabilidad de contratación es más alta que en España como Canadá,  Australia o Nueva Zelanda”. 
 
 
 

 
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